jueves, 3 de abril de 2014

FISIOLOGÍA DE LA MÚSICA

Fisiología de la Música
El cerebro responde directamente a las melodías. Utilizando un escáner de Tomografía por Emisión de Positrones (PET), se ha visto que hay un cambio en la actividad neuronal en las zonas del cerebro implicadas en la emoción mientras se escuchaba música. El efecto depende de si la música resulta agradable o desagradable. Todo el mundo sabe que la música puede producir emociones fuertes», dice la doctora Anne Blood, una neurocientífica de la Universidad MacGill de Montreal.

Para interpretar las notas musicales escritas se utiliza una zona del cerebro del hemisferio derecho que se corresponde, en el lado izquierdo, con la zona empleada para
leer las  palabras  escritas. 
Los investigadores han comprobado que la música afecta a la actividad neuronal independientemente de las culturas y de los distintos gustos musicales que se tengan. Hemos comprobado que la armonía, la melodía y el ritmo tienen diferentes patrones de actividad cerebral», dice el neurólogo Lawrence Parsons, de la Universidad de Texas, en San Antonio, Estados Unidos. Implican tanto al lado derecho como al izquierdo del cerebro», añade Parsons. 
La melodía parece afectar a ambos hemisferios cerebrales, mientras que la armonía y el ritmo activan más el lado izquierdo que el derecho del cerebro.


Los científicos sugieren que los mecanismos neuronales de la música podrían haberse desarrollado originalmente para comunicar emociones, como un precursor del habla. Estudios preliminares realizados con animales de laboratorio y con humanos han sugerido que la música podría jugar un papel importante en potenciar la inteligencia. De hecho, ha cuajado tanto la idea de que la música mejora la inteligencia de los niños que, en algunos estados norteamericanos, ya hay escuelas donde los niños escuchan regularmente sonatas de Mozart, a pesar de que esta teoría todavía no se ha demostrado. Un estudio realizado por Frances Rauscher, una psicóloga experimental, demostró que los ratones que escuchaban a Mozart eran más rápidos a la hora de recorrer un laberinto. 

Esta especialista sugiere que la música estimula conexiones neuronales específicas situadas en el centro de razonamiento abstracto del cerebro, y que esto hace a los individuos más espabilados. Pero no está demostrado en seres humanos, aunque en experimentos realizados previamente por Rauscher y otros investigadores, se ha visto que los participantes que escuchaban la misma sonata obtenían posteriormente una mayor puntuación en los tests que miden la inteligencia.
Los autores sugieren que la música potencia la habilidad de resolver problemas de tiempo, espacio y secuencia . Ahora, se está buscando la forma de utilizar el poder de la música para cambiar algunos  patrones  del cerebrales. Algunos médicos ya la utilizan para rehabilitar a los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular por ejemplo.

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