Fisiología de la Música

Para interpretar
las notas musicales escritas se utiliza una zona del cerebro del hemisferio
derecho que se corresponde, en el lado izquierdo, con la zona empleada para
leer las
palabras escritas.
Los investigadores
han comprobado que la música afecta a la actividad neuronal independientemente
de las culturas y de los distintos gustos musicales que se tengan. Hemos
comprobado que la armonía, la melodía y el ritmo tienen diferentes patrones de
actividad cerebral», dice el neurólogo Lawrence Parsons, de la Universidad de
Texas, en San Antonio, Estados Unidos. Implican tanto al lado derecho como al
izquierdo del cerebro», añade Parsons.
La melodía parece afectar a ambos
hemisferios cerebrales, mientras que la armonía y el ritmo activan más el lado
izquierdo que el derecho del cerebro.
Los científicos
sugieren que los mecanismos neuronales de la música podrían haberse
desarrollado originalmente para comunicar emociones, como un precursor del
habla. Estudios preliminares realizados con animales de laboratorio y con
humanos han sugerido que la música podría jugar un papel importante en
potenciar la inteligencia. De hecho, ha cuajado tanto la idea de que la música
mejora la inteligencia de los niños que, en algunos estados norteamericanos, ya
hay escuelas donde los niños escuchan regularmente sonatas de Mozart, a pesar
de que esta teoría todavía no se ha demostrado. Un estudio realizado por
Frances Rauscher, una psicóloga experimental, demostró que los ratones que
escuchaban a Mozart eran más rápidos a la hora de recorrer un laberinto.
Esta
especialista sugiere que la música estimula conexiones neuronales específicas
situadas en el centro de razonamiento abstracto del cerebro, y que esto hace a
los individuos más espabilados. Pero no está demostrado en seres humanos,
aunque en experimentos realizados previamente por Rauscher y otros
investigadores, se ha visto que los participantes que escuchaban la misma
sonata obtenían posteriormente una mayor puntuación en los tests que miden la
inteligencia.
Los autores sugieren que la música potencia la habilidad de
resolver problemas de tiempo, espacio y secuencia . Ahora, se está buscando la
forma de utilizar el poder de la música para cambiar algunos patrones
del cerebrales. Algunos médicos ya la utilizan para rehabilitar a los
pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular por ejemplo.
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